Hay miradas que no ven
son mas bien
un aprender a volar
dentro de los confines
de una pared.
Cemento y yeso
se transforman
en papel y lienzo,
para pintar,
dibujar,
escribir,
lo que se encuentra
más allá de este
mirar – volar.
Es este el enigmático instante
en que un alma descarnada
se eleva,
canta,
recita,
crea.
Todo se vale
si de una pared
descarapelada se trata:
reescribir un beso,
pintar de nuevo un atardecer
junto a ella,
cantar la vida,
amar lo eterno,
restarle amargura al adiós,
borrar palabras
para reinventar el silencio.
También es factible:
ser capitán pirata
que baila un vals
con la mar.
Ser gato gris
que toma el sol
muy de mañana
y juega con mariposas fantasma.
Ser amante extasiado
que lucha con dragones,
miedos ajenos y futuros inciertos.
Todo esto y más
se vale y se vive
cuando se trata
de volar- mirar.
No solo las paredes
son hoja – lienzo,
también lo es
un pedazo de cielo
o de mar,
la noche y los sueños
son perfectos
para que un espíritu
hecho para soñar
vaya más allá
del cuerpo,
la prisión
o el hechizo
que le impida
su mirar- volar.
Que tengas una buena semana 🌈🍀
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