El vendedor
Monotonía sin fin,
entrar /salir,
caminar
serpentear entre los cuerpos
Las puertas se cierran
a sus espaldas.
Se inicia el discurso/show/suplica…
Audífonos, mp3, pomadas, plumas, chocolates, dulces…
Puede más el hambre,
esa maldita necesidad…
De sol a sombra…
Sin parar,
sin descansar,
sin importar el calor,
el frío,
la lluvia,
los golpes,
los empujones,
las miradas rebosantes de hastío y desprecio.
Evadiendo la vigilancia vestida de azul,
a las ratas,
a la competencia.
Trata de mimetizarse ser un anónimo más,
fundido con la marea humana
de rostros indiferentes
“Le traemos a la venta…”