Mis más oscuras perversiones
mis más oscuros pecados
ambos se complementan
para producir esta luz cegadora
que emana de mi ser marchito,
a través de la cual he podido atisbar
la monstruosa verdad del origen.
Antes del tiempo fue el caos
el cual tratamos inútilmente de negar
a través de falsas ilusiones de orden y armonía.
¿Armonía?
El ser humano no puede guardar ninguna armonía
para con él ni para con sus semejantes.
Siempre está en esa vorágine de contradicciones
que lo hacen girar sin control,
estrellando su débil conciencia
en los rugoso bordes de la locura, la sinrazón.
Por ello el desorden es inherente al humano,
baste asomarse a la ventana del mundo
observar la desintegración de la realidad
que debido a su propia hipocresía
se precipita al vacío.
de regreso a los oscuros brazos
de la nada primigenia.
No hay mayor luz que la oscuridad…
Debe estar conectado para enviar un comentario.