Somos más creencia que conciencia…
Son pobres esos razonamientos
que nos ofrecen verdad y validez
ante sensaciones tales como besar unos labios,
acariciar esa desnuda epidermis que duerme a nuestro lado,
esos sentidos sublimados en el mutuo orgasmo
todo ello por quien no nos une ya ninguna reciprocidad.
Ese saber que se desmorona
frente a las emociones
que recorren nuestro ser.
no son mentiras, ni falaces verdades
son la esperanza que no nos deja naufragar,
son la vela que arde en la más profunda oscuridad.
Podemos argumentar,
construir los silogismos perfectos
y aun así rendirnos ante la ciega fe
de un corazón enamorado
que se niega a aceptar que ha sido engañado, humillado y maltratado
por quien profesa amar.
Somos los que creemos…
Aliento vital
que anima nuestro andar
aun a pesar de ser mentira
nos basta para ser trascendental…